
Con profundo respeto y en solidaridad con la señora María Claudia Tarazona, esposa de Miguel Uribe Turbay, me permito aclarar a la opinión pública lo siguiente:
Al momento de acercarme a saludarla llevaba un micrófono adherido a mi camisa, como es habitual en mis intervenciones en Comisión y Plenaria, pues minutos antes había realizado una grabación.
Mi presencia en el Capitolio obedeció exclusivamente a un gesto de consideración y respeto frente al dolor por la partida de Miguel Uribe.
Me causa extrañeza cualquier malentendido, ya que la señora María Claudia fue muy atenta y amable conmigo durante el breve encuentro.
Reitero con total transparencia que ningún comentario transmitido en ese contexto provino de mí.
Con Miguel Uribe compartimos principios fundamentales y también tuvimos discrepancias propias de la vida política. Sin embargo, ante el profundo dolor causado por el atentado, mi única intención fue expresar solidaridad a su familia.