
En una jornada marcada por la violencia y la zozobra, el municipio de Toribío, ubicado en el norte del Cauca, se encuentra bajo una intensa ofensiva armada protagonizada por grupos al margen de la ley. Desde tempranas horas de este martes 10 de junio, ráfagas de fusil, explosiones y ataques con artefactos improvisados han alterado gravemente la tranquilidad de esta comunidad indígena y campesina.
De acuerdo con reportes preliminares de las autoridades locales y la Guardia Indígena, los enfrentamientos se han concentrado en el casco urbano, donde se han registrado múltiples impactos contra viviendas, sedes institucionales y sectores residenciales como el barrio Primero de Mayo. Versiones extraoficiales señalan que los atacantes estarían vinculados a disidencias de las FARC, quienes habrían lanzado cilindros bomba y disparado armas de alto calibre contra la estación de Policía y zonas adyacentes.
Las imágenes que circulan en redes sociales muestran columnas de humo, viviendas afectadas y ciudadanos resguardándose en sus hogares, mientras se escuchan ráfagas intermitentes de disparos. Organismos de socorro informan que algunas familias han tenido que abandonar sus casas ante el temor de nuevos ataques.
Aunque las autoridades aún no han emitido un balance oficial de víctimas, fuentes comunitarias señalan que ya habría personas heridas y daños materiales considerables. La situación es especialmente delicada, dado que se trata de un municipio con fuerte presencia indígena Nasa, que ha sido históricamente golpeado por el conflicto armado.
La Defensoría del Pueblo y la Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP-OEA) han sido alertadas sobre los hechos y se espera una pronta intervención humanitaria que permita salvaguardar la vida de la población civil.
Este nuevo episodio de violencia se suma a una escalada preocupante en el suroccidente colombiano, donde en las últimas horas se han reportado al menos 16 atentados simultáneos en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca, dejando un saldo trágico de muertos y heridos, entre ellos miembros de la fuerza pública.
Casi de manera simultánea, El Bordo, Cauca, también fue escenario de la violencia. Según el director de la Policía, «El Bordo II fue una activación de un vehículo acondicionado con explosivos en inmediaciones de la estación. No se generó, digamos, daños a la vida y a la integridad de las personas y tampoco a los policías». Afortunadamente, este ataque no dejó víctimas mortales ni heridos, aunque sí generó zozobra entre la población.
Timbiquí: artefacto explosivo contra la Armada Nacional
La lista de ataques continuó en Timbiquí, Cauca, donde se registró el «lanzamiento de artefacto explosivo contra la base de la Armada Nacional». La información preliminar no precisó la magnitud del daño ni si hubo afectaciones al personal militar, pero evidenció la amplitud geográfica y la diversificación de los blancos por parte de los criminales.
Buenos Aires: lanzamiento de artefacto explosivo
En Buenos Aires, Cauca, los atacantes también emplearon artefactos explosivos. El general Triana mencionó «el lanzamiento de arte» (artefacto explosivo), resaltando la valentía de los policías que «se están enfrentando esta escalada terrorista de estos criminales». La reiteración de este tipo de ataques en diferentes municipios subraya una estrategia coordinada de los grupos armados.
Caloto: asesinato de un policía
Uno de los hechos más lamentables se registró en Caloto, Cauca, donde un policía fue asesinado. El general Triana repudió este acto, describiéndolo como una «acción ofensivamente, ráfagas de fusil en contra de la estación Caloto». Posteriormente, se confirmó que la víctima era un «policía asesinado, desafortunadamente, del tránsito de la policía». Este ataque directo contra la fuerza pública puso en evidencia la brutalidad de la arremetida.
El Patía: ataque con dron
La sofisticación de los ataques quedó demostrada en El Patía, Cauca, donde los delincuentes utilizaron tecnología. «En el partido, Néstor, un lanzamiento de artefacto explosivo, de un drone, digamos una aeronave tripulada remotamente», explicó el general Triana. Afortunadamente, este ataque no dejó víctimas ni daños significativos.
Peaje de Villarrica: muerte de un uniformado
La violencia se extendió a la vía Panamericana, afectando el peaje de Villarrica, Cauca. Allí, «se presentó el homicidio de un uniformado mediante la activación de artefacto explosivo. Es un hecho lamentable, pierde la vida un patrullero de la Policía Nacional», informó el general Triana. Los criminales dejaron «abandonado un vehículo al frente del puesto de control, del tránsito que trabaja en ese sector del departamento», lo que sugiere una emboscada planificada.
La comunidad internacional, medios de
comunicación y organizaciones defensoras de derechos humanos están llamados a prestar atención urgente a esta crisis que continúa afectando a la población civil en territorios históricamente abandonados por el Estado.