
La Fiscalía continúa con las investigaciones para identificar a todos los involucrados y esclarecer quiénes financiaron y ordenaron el atentado
Los testimonios de Carlos Eduardo Mora, conductor del vehículo Spark gris, y Katerine Martínez, alias Gabriela, hoy claves en la investigación, detallan los pasos previos y posteriores al atentado. Ambos coinciden en que fueron contactados el viernes 6 de junio en la mañana por El Costeño, quien les asignó tareas específicas a través de WhatsApp.
Según Mora, El Costeño le propuso participar en una “operación” a cambio de cinco millones de pesos:
“Él se sube al carro y nos fuimos, cuando íbamos para la avenida Primero de Mayo. Ese día, en el carro, me dijo que si iba a hacer una operación de meterle plomo a alguien, que si yo le servía de patrulla me daba cinco millones, me dijo que era a las 4:30 p. m. en Modelia”.
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Por su parte, Katerine relató que su misión era recoger el arma utilizada en el ataque.
“Fue en una calle, cuando llegó una persona en moto y me llevó el arma, esta arma estaba en una talega y dentro de la misma estaba el arma en una bolsa azul”.
“Era una vuelta suicida”
El día del atentado, los cómplices se reunieron en el parque El Golfito. Durante el trayecto, El Costeño describió el arma y dejó claras sus intenciones.
“Empezó a hablar del arma, que esta arma venía del extranjero y que era una Glock, que esta había costado como 15 o 20 millones que era un juguetote”.
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“Todos a la cabeza”, ordenó Élder, a lo que el sicario respondió: “Le voy a dar uno o dos en la cabeza y me voy”. Élder insistió: “No, que eran mínimo tres o cuatro y que se lo tenía que descargar todo, que para eso tenía munición”.
Martínez reveló que El Costeño le confesó que el sicario no tendría vía de escape real:
“Me contó que había una moto en una esquina donde nos había dejado el carro gris el Spark, pero que esta era de fachada, ya que la moto no lo iba a recoger, que esta era una vuelta suicida”.
Después del ataque
Ambos relataron cómo presenciaron el caos tras los disparos y huyeron a pie hasta ser recogidos por alias El Hermano o El Viejo, identificado como William González, capturado recientemente. En una cantina del barrio Santa Fe, discutieron sobre la venta de celulares y la eliminación de pruebas.
“Élder le sacó la SIM y formateó el celular, entregándoselo para que lo vendiera”.
Katerine también mencionó que seis días después del ataque, El Costeño le ofreció esconderse en Florencia (Caquetá) y unirse a la guerrilla:
“Me dijo que un curso de drones o un curso de francotirador, que esos cursos se iban a hacer allá con la guerrilla”.
Puntos clave de la investigación
- Planificación anticipada: El Costeño conocía los movimientos de Miguel Uribe desde la mañana del 6 de junio, una hora antes de que se hiciera pública su visita a Modelia.
- Identidad de “Gabriela”: Aunque Katerine es conocida por ese alias, aseguró que no pidió el servicio de transporte para el sicario, lo que abre la hipótesis de una segunda mujer o el uso de identidad falsa.
- Red de complicidad: Se confirma la participación de al menos cuatro personas, una estructura delincuencial con posibles nexos en Cali y vínculos con grupos armados ilegales.
La Fiscalía continúa con las investigaciones para identificar a todos los involucrados y esclarecer quiénes financiaron y ordenaron el atentado. La salud del senador Miguel Uribe sigue siendo delicada, mientras el país exige justicia.