
En los últimos meses, el deporte colombiano ha sido sacudido por una serie de fallecimientos repentinos de atletas y exdeportistas, muchos de ellos víctimas de infartos fulminantes o muertes súbitas. Estos hechos han generado una profunda preocupación en el ámbito deportivo nacional, encendiendo las alarmas y exigiendo una respuesta urgente de las instituciones responsables.
Casos como el del joven futbolista Andrés Balanta (22 años), el veterano Germán Gutiérrez Piñeres (67 años), el reconocido Jorge Bolaño (47 años) y el triatleta Jorge Zambrano (34 años), han sido algunos de los más recordados, dejando un vacío en el deporte y muchas preguntas en el aire.
El médico deportólogo boyacense Camilo Camargo explicó que “tras la pandemia hemos notado un aumento significativo en los casos de muerte súbita en atletas. Es fundamental entender que, así como los deportistas entrenan intensamente durante años, también deben aprender a desentrenarse. Esto implica ajustar su alimentación, reducir la carga física y cambiar su estilo de vida, ya que el corazón sufre adaptaciones extremas durante el alto rendimiento. Si no se manejan correctamente, estas condiciones pueden desencadenar fallos cardíacos graves”.
Ante este panorama, expertos y profesionales del deporte están haciendo un llamado a:
✅ Reforzar los controles médicos regulares
✅ Implementar evaluaciones cardiovasculares más exhaustivas
✅ Promover la cultura de prevención desde las categorías base hasta el alto rendimiento
Además, se insiste en la necesidad de contar con equipos médicos bien dotados durante competencias, capacitar al personal en protocolos de emergencia y fortalecer campañas de concientización sobre la salud del deportista.
👥 Entrenadores, clubes, federaciones, familias y los mismos atletas deben asumir este compromiso: la salud y la vida deben estar por encima de cualquier resultado.