Uno de los elementos del hogar que más bacterias recolecta son las almohadas que terminan convirtiéndose en foco de infección mientras creemos que dormimos a salvo.
La limpieza del hogar hace parte fundamental de las personas que buscan que su casa sea el lugar más armonioso y cómodo para estar; sin embargo, dentro de las rutinas de aseo se le presta más atención a unas partes que a otras, como el baño.
Pero expertos revelan que no solo el baño o el sanitario son los focos de infección en un hogar, sino que en las habitaciones puede encontrarse un «enemigo» silencioso como bacterias y ácaros que se reproducen descontroladamente y sin darnos cuenta.
Estos se reproducen exponencialmente en las almohadas, que terminan siendo el ‘vehículo’ directo a nuestros rostros y cabezas, donde terminan alojándose y desatando infecciones y otros problemas de salud como alergias «inexplicables».
Expertos en limpieza y médicos como dermatólogos advierten que las bacterias de las almohadas resultan ser de las más incontroladas debido a que se ignora que este elemento de cama es uno de los que más aloja ácaros.
Es por esto que no resulta suficiente irte a dormir con el cabello bien aseado y la piel limpia, pues al tener contacto con la almohada durante varias horas terminas volviéndolos a contaminar.
¿Cómo lavar y desinfectar la almohada?
Contrario a lo que se cree, expertos aclaran que no es suficiente con cambiar las sábanas una vez a la semana; pues la funda de la almohada se debe cambiar y lavar por lo menos cada dos días.
Y una recomendación aún más importante es la que tiene que ver con el lavado de la almohada ya que «de nada sirve cambiar la funda si la almohada está sucia», expresan los expertos.
Entre las formas correctas de lavado la más recomendada es dejar en remojo la almohada, mínimo dos horas en agua y jabón para que suelte cualquier residuo de suciedad y sudor que haya almacenado, especialmente en la parte interna, debido al relleno,
De igual forma, se recomienda hacer un primer remojo y cambiar el agua para posteriormente sumergir las almohadas en una mezcla de jabón, bicarbonato y vinagre blanco, diluidos en agua para ayudar a combatir las impurezas que hayan quedado y, de paso, contribuir a que se conserve el color blanco. Este segundo remojo puede tener una duración de media a una hora.
Con esa preparación previa puedes proceder a enjugar con abundante agua la almohada o realizar un lavado nuevamente con agua y jabón ya que en este punto la almohada ya estará libre de suciedad almacenada.
¿Cada cuando debo lavar la almohada?
Según algunos cosmetólogos y dermatólogos, algunas de las bacterias que se alojan en la piel son las que producen los puntos negros y granitos que salen en cara, cabeza y cuello.
Por eso la importancia de cambiar los tenidos de cama con regularidad y lavar y desinfectar la almohada para ayudar a conservar la salud y la higiene, especialmente en la piel y cuero cabelludo.
Y aunque pareciera una práctica compleja el estar lavando y cambiando los elementos de cama, dermatólogos insisten en que es una de las prácticas que más se deben aplicar en los hogares para prevenir alergias y hasta enfermedades.
Expertos recomiendan cambiar las fundas cada dos días, tendidos una vez por semana y lavar y desinfectar las almohadas mínimo una vez al mes, aunque otros piden hacerlo cada 15 días, teniendo en cuenta el sudor que expulsa cada cuerpo por noche.